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28 junio 2010

Pic de la Costa Cabirolera-Puig de la Canal Baridana (Vulturó)

Este fin de semana nos aventuramos en una preciosa ascensión a pie al Pic de la Costa Cabirolera (2.605m), y de aquí carenando la Serra del Cadí hasta su punto más alto, el Puig de la Canal Baridana (2.653m), también conocido con el nombre de Vulturó.











Adelantamos la salida 24h de una forma muy improvisada (a hora y media vista del mismo viernes 25 de junio a las 16h), pues las previsiones meteorológicas para el sábado tarde no son nada alentadoras. Ello nos supondrá un problema con el GPS, pues surgen problemas técnicos para poder cargar el track y nada de tiempo para solventarlo. Nos aventuramos igualmente e intentaremos llegar sobre las 20h al punto de salida.

























A unos 5km por pista desde el Mirador de Gresolet dejamos el coche, cargamos mochilas y empieza a caer un suave “xirimiri” (llovizna) que nos alertará un poco. Al poco llegamos hasta cerca del Coll de les Bassotes, en el punto que confluyen las señales del GR107, GR150 y PR124 e inicio de nuestra aventura.


















Atravesamos preciosos prados “alpinos” como el Prat de Toixones, Prat Socarrat y llegamos rápidamente al Prat Llong. En este punto deberíamos haber encontrado el paso que nos permitiría cruzar a la otra vertiente de la Serra Pedregosa y acceder de una manera ràpida hasta la Font dels Cortils. Pero no es así, de tener el track no nos hubiésemos encontrado con una aventura tan arriesgada.























A partir de Prat Llong en su parte más a la izquierda no somos capaces de visualizar el paso, las “fitas” (hitos) son difíciles de localizar, seguimos más hacia el norte siguiendo las marcas del PR y subimos hasta llegar a unas paredes de roca muy verticales.


























Sabemos que el paso lo hemos dejado atrás, la luz del día empieza a menguar, valoramos muy por encima la posibilidad de montar tienda en Prat Llong y dejarlo para el día siguiente, que seguro con luz encontraremos el paso.












Estamos encaramados de pleno en la cornisa de piedras y encontramos una posible bajada, aparentemente visualizamos toda la vía….como que una imagen vale más que mil palabras (foto hecha por la mañana desde la zona del refugio)...















Solo comentar que jamás en la vida he escalado una pared, lo más que he bajado han sido las escaleras de una litera y eso cuando no he caído directamente, dormida, claro está. Y considero que subir es más fácil que bajar!











Hubieron dos momentos, sobretodo uno, de estar a punto de perder los papeles. En el primero, mi primera decisión y sin previa consulta a mi compañero es arrojar la mochila montaña abajo, pues debemos pasar por una pared de lado solo pisando con menos de media suela de canto. Ciertamente no tenía ninguna seguridad y me veía pared abajo sino me quitaba ese peso de encima, por suerte mi mochila cae en un lugar accesible.









Un poco más adelante Jordi hará lo propio, pero la caída de su mochila será de mayor recorrido, con consecuencias fatales para su GPS (que lo pierde) y su cámara de fotos (que se rompe).




El segundo momento crítico (y ya sin mochila) no soy capaz de coger confianza en mi misma para afrontar un trozo de pared vertical. Analizo una segunda opción unos metros más allá y todavía lo veo peor. Los minutos pasan, cada vez está más oscuro, Jordi espera abajo de la pared moviéndose algo preocupado y yo sigo ahí colgada, su silencio me hace las cosas más fáciles. Debo bajar escalando, ese deporte que yo siempre he admirado y creído que yo era una incompetente total para su práctica (me reafirmo en ello).

















Con los consejos y ayuda de Jordi consigo girarme, agarrar bien las manos a la roca y colocar los pies, pero solo cuando mi cerebro me da la luz verde empiezo a bajar, de lo que sí era consciente es que no me podía bloquear (Después de esta experiencia creo que me acercaré al rocódromo de Vilassar de Mar, jajaja).






























A ciegas llegamos a la Font dels Cortils donde hay unos abrevaderos para el ganado, encendemos luces y comentamos de montar tienda pues no teníamos ni idea donde estaba el refugio. Seguimos subiendo por un sendero buscando una zona más plana para montar, dirección donde desde arriba habíamos visto unas luces y el destino querrá que nos encontremos de cara con dos chicos que buscaban desesperadamente la fuente de donde veníamos. Nos hacen saber que estamos a 50m del refugio libre de Cortals de Cortils, bastante escondido por cierto.

























Montamos tienda y cenamos, ya más relajados, analizando todo lo sucedido en esa pared y también contentos por haber encontrado el refugio. Los errores en la montaña se pagan caros, y nuestro error fue no habernos quedado arriba a hacer noche.























Al día siguiente bien prontito iniciamos el ascenso, a pie del refugio tomaremos el sendero que sube hacia el oeste marcado como GR, desde donde ya visualizamos el Pic de la Costa Cabirolera. Nos cruzamos con un gran grupo de Isards y rápidamente alcanzamos un altiplano con algunos restos de nieve, donde el camino ya empieza a empinarse hacia el Pas del Cabirol.

































Una vez en el Pas del Cabirol dejamos las señales del GR a nuestra izquierda para alcanzar las diferentes cumbres de la carena de la Serra del Cadí. La primera cumbre que lograremos es el Pic de la Costa Cabirolera (2.605m), impresionantes vistas desde la cruz y el vértice geodésico, con unas paredes verticales que se desploman cientos de metros a nuestros pies. Que paredes tan imponentes, como también después encontraremos el Salt del Sastre o el mismo Puig de la Canal del Cristall.






























Iremos dejando atrás la llegada de diferentes canales que suben desde la vertiente norte del Cadí, como el Canal del Cristall y el Canal de L’ordiguer, con paredes muy empinadas y pasos con cierta dificultad.



















Será un continuo bajar y subir hasta el Coll de Quer, nos quedará una última subida hasta el pie de la cumbre, donde subiremos los últimos metros más encrespados hasta lograr la cumbre más alta de la Serra del Cadí, el Pic de la Canal Baridana-Vulturó (2.653m).































De vuelta deshacemos el camino evitando subir a las cumbres de la carena y siguiendo en todo momento el GR, nos hará recortar bastante el retorno hasta el Pas de Cabirol. La bajada por la pedrera será muy divertida, hasta y todo, haciéndose muy corta. A pesar de ello mis tendones de Aquiles acusan las bajadas acumuladas, digamos que mi musculatura está más hecha al mountainbike. Ya estamos llegando al refugio donde habíamos dejado la tienda montada con material y una de las mochilas dentro.














A las dos del mediodía y con todo el material recogido, estamos comiendo en el refugio y cogemos fuerzas para la vuelta. Desde la Font dels Cortils y con una fuerte “Calamarsa” (granizo), tomaremos de subida la senda que no fuimos capaces de encontrar el día anterior, ya solo nos quedaba esta tormenta eléctrica para redondear los dos magníficos días de aventura.





























Las piedras de hielo no son muy grandes pero pican un rato, sin perder ni un instante seguimos ascendiendo hasta el Pas de la Serra Pedregosa con un último tramo bastante empinado pero perfectamente practicable. Una vez en el paso, nos damos cuenta de lo cerca que lo habíamos tenido la noche anterior, a no más de 50m más arriba de donde habíamos parado por primera vez.

























Toda la bajada hasta el coche la haremos bajo la tempestad con una lluvia incesante, pero ya todo es igual, objetivo conseguido todo y las dificultades habidas desde un inicio. Agradeceremos haber dejado el coche cerca del cruce de caminos del inicio de ruta, serán numerosas las personas que nos encontraremos de camino al Mirador de Gresolet bajo una lluvia muy fuerte.